lunes, 16 de junio de 2008

PRINCIPIOS GENERALESPARA UN DESARROLLO RURAL

PABLO MARTÍNEZ DE ANGUITA
Director Fundacion APIC - España

RESUMEN

El presente artículo pretende mostrar la visión que la Fundación APIC tiene sobre el desarrollo rural en Latinoamérica y sobre los principios que pretende aplicar en los proyectos de desarrollo rural.

CONCEPTO DE DESARROLLO RURAL

La OCDE define Comunidad Rural como aquel ámbito territorial con menos de 150 habitantes/km2. Sin embargo, la noción de “rural” no es únicamente una delimitación geográfica; se utiliza universalmente para referirse a ciertas partes del territorio que tienen poblaciones de baja densidad y determinadas características socioeconómicas
[1]. El espacio rural es un tejido económico y social que comprende un conjunto de personas, territorio, culturas y actividades diversas: agricultura, selvicultura, artesanía, pequeñas y medianas industrias, comercio y servicios, sirviendo además de amortiguador y de espacio regenerador indispensable para el equilibrio ecológico. Es además lugar de ocio y reposo[2]. Así, las zonas rurales podrían considerarse como aquellos espacios más o menos abiertos con pequeñas y medianas poblaciones con predominio de la agricultura, selvicultura y ganadería en oposición a las zonas urbanas y periurbanas.
El desarrollo rural se define como un proceso localizado de cambio social y crecimiento económico sostenible, que tiene por finalidad el progreso permanente de la comunidad rural y de cada individuo integrado en ella
[3]. Puede entenderse en un sentido básico como la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de los territorios rurales, como objetivos la mejora de la calidad de vida de los habitantes del medio rural, que a su vez implica el incremento de los niveles de renta, la mejora en las condiciones de vida y de trabajo y la conservación del medio ambiente[4].
Márquez (2002)
[5] lo define como “el proceso de crecimiento económico y cambio estructural para mejorar las condiciones de vida de la población local que habita un espacio e identifica tres dimensiones del mismo: la económica, la sociocultural y la político administrativa. Mediante este proceso se pretende una mejora de las condiciones de vida y trabajo que lleve consigo la creación de empleo y riqueza, compatible con la preservación del medio y el uso sostenible de los recursos naturales”.
Por último, y asociado al concepto de ruralidad y desarrollo está el de territorio: Éste es definido
[6] como el espacio que acoge y en cuyo seno se desarrolla la vida social, la actividad económica, la organización política..., el presente y el futuro de una comunidad social. El territorio es por lo tanto "sistema activo en continua evolución" y, como tal, es la referencia primera para el desarrollo.

El enfoque local del desarrollo rural
Existen diversos conceptos de desarrollo rural
[7]. La Fundación APIC parte del desarrollo rural con enfoque local. Éste se puede definir como el proceso de organización del futuro de un territorio y el resultado del esfuerzo de concertación y planificación emprendido por el conjunto de los actores locales con el fin de valorizar los recursos humanos y materiales de un territorio dado y mantener un diálogo con los centros de decisión económicos, sociales, culturales y políticos, en donde se integran y de los que dependen. Los fundamentos de esta modalidad de desarrollo podrían conceptualizarse como el desarrollo de los recursos endógenos, la mejora de la calidad de vida, la formación y el desarrollo personal, la conservación del medio ambiente, el uso recreativa y social del espacio, la formación de animadores o agentes locales, el desarrollo de sus potencialidades poblacionales, productivas y naturales, y la realización proyectos micro y macroeconómicos. Este desarrollo rural con enfoque local parte de las políticas que constituyen su elemento externo, son condición necesaria pero no suficiente, y el factor humano del desarrollo local, los emprendedores, los líderes y los gestores, que deben tener la capacidad de emprender, de tomar decisiones y de asumir riesgos.
Una definición de este enfoque puede encontrarse tanto en SANCHO COMINS et al (2002)
[8] como en GONZÁLEZ DE CANALES (2003)[9] de “proceso endógeno que se genera en el territorio de forma global e intersectorial, y que exige la participación activa de la propia población en un proceso apoyado en la acción subsidiaria de las administraciones y de otros agentes externos”.
La filosofía que impregna hoy en día a los actuales programas de desarrollo en cuanto a participación, colaboración, asociacionismo y vertebración, ha generado en el mundo rural una nueva forma de hacer las cosas. Los agentes económicos deliberan sobre las debilidades, las oportunidades las amenazas y las fortalezas de sus zonas, acuerdan estrategias comunes y marcan sus objetivos, todo ello con una colaboración subsidiaria de las administraciones públicas a quienes proponen proyectos viables desde la iniciativa privada
[10].
Allí donde se ha empleado esta filosofía, han surgido múltiples beneficios. Hoy se habla de conceptos nuevos en el medio rural tales como “innovación, efecto demostrativo”, “competitividad”, “calidad”, “cooperación”,…Los nuevos programas de desarrollo rural han generado puestos de trabajo, o inversiones público-privadas en el territorio; si bien se puede afirmar, que el máximo beneficio ha sido el cambio de actitud generado y el restablecimiento de la confianza y autoestima de la población rural
[11].

¿Qué pretende el desarrollo rural con enfoque local?
Este nuevo concepto de desarrollo rural implica múltiples dimensiones (SANCHO COMINS et al 2002). Por una parte potenciar la propia condición humana mediante el crecimiento en formación cultural, técnica y organizativa de los agricultores; y por otra lograr mejoras productivas, aumento de rendimientos y obtención de recursos en un mismo espacio con menores esfuerzos; todo ello desde una mentalidad que procure la conservación del entorno y el uso de técnicas y sistemas de producción respetuosos con el legado histórico y la propia condición del medio natural.
Este desarrollo rural pretende reestructurar el sistema económico rural mediante estrategias de desarrollo empresarial basado en las capacidades del territorio. GONZÁLEZ DE CANALES (2004) lo concibe como la capacidad que tienen las personas en un territorio de movilizarse asumiendo el protagonismo de asegurar su futuro, procurando la máxima integración de los actores locales, organizándose en partenariado local capaz de asumir acciones de desarrollo de forma corresponsable con las administraciones públicas, capitales e iniciativas de I+D+I
[12].
El Desarrollo Rural con enfoque local es un proceso en la medida en que constituye una acción que tiene una duración y abarca un tiempo determinado; y que se caracteriza por ser global, participativo, endógeno y subsidiario. Por otro lado tiene unos contenidos ineludibles que cumplir: fortalecer la formación del agricultor, potenciar la I+D, mejorar las condiciones de vida, crear empleo, diversificar los recursos económicos y hacer compatible todo ello con una sostenibilidad del medio ambiente.

¿Cómo lograr un desarrollo rural con enfoque local?
El desarrollo rural con enfoque local necesita partir de varios presupuestos, ha de ser integrado, participativo, endógeno y subsidiario. Integrado implica la incoherencia de planteamientos aislados territorialmente y sectorialmente sin perspectivas integradoras. Participativo porque exige partir de un respeto a la iniciativa personal y de los grupos que vayan a desarrollar las acciones locales. Endógeno por cuanto parte de apoyarse en los propios recursos y valorar sus potencialidades inherentes al medio; y subsidiario en cuanto a que la acción externa procedente de las Administraciones Públicas o de los agentes privados. Una vez desencadenado el proceso de desarrollo, éstas deben adoptar una actitud de mero acompañamiento sin restar el mínimo protagonismo a los habitantes del mundo rural y sus objetivos deben ser lograr la:
· Calidad de vida: Debe realizarse bajo un triple perspectiva, dotar al mundo rural de las infraestructuras y servicios necesarios, dar la cohesión económica y social y procurar la recuperación del prestigio social y los valores del medio rural ante una sociedad netamente urbana.
· Creación de empleo: Debe promocionar el empleo de jóvenes, desarrollar una verdadera política de ayuda a la mujer y diseñar planes de formación permanente.
· Diversificación económica: debe buscar la plurifuncionalidad de los territorios generando diversas ofertas tales como la producción agraria, el recreo y turismo, la agroindustria, la artesanía, la restauración, la valorización ambiental…
· Sostenibilidad: el desarrollo no debe poner en peligro los recursos para generaciones futuras, sino más bien, y en concreto el desarrollo de la actividad agraria, debe tener entre sus objetivos cuidar el paisaje y mantener el espacio natural.
· I+D: La investigación y el desarrollo de nuevos productos así como la adaptación del mundo agrario a las nuevas tecnologías es fundamental para no generar una brecha con los entornos urbanos e impedir la marginación del espacio rural.

A estos componentes puede añadírsele uno más, la educación para el desarrollo rural. La educación para un desarrollo local global, democrático
[13], complejo, solidario, sostenido y sostenible, planificado según la demanda comunitaria concibe, es una modalidad de educación social, cuya finalidad es ayudar a crecer como persona, a cada uno de los individuos que integra la comunidad para que sea un elemento activo, capaz de participar, organizadamente con otros en lo que todos consideran un bien común. Cuanto más crezca cada miembro de la comunidad como persona, más activamente podrá luchar a favor de su propio desarrollo y el de sus convecinos. El desarrollo, la obra lograda, no puede quedarse únicamente limitada a saber resolver técnicamente un problema de modo individual, es necesario asumir el desarrollo local como labor propia del crecimiento humano y colectivo y sentir orgullo por la propia actividad. Desarrollar implica crecer, adquirir una madurez que permita a un territorio vivir por si mismo, liberarse en el sentido amplio de la palabra. Una comunidad libre y educada en la solidaridad y en el gusto por lo propio, por su propio territorio, y confiada de si misma tiene razones y capacidad para generar empleo, cuidar el entorno, diversificar la economía o encontrar interés por la investigación y la innovación sobre lo que valora y aprecia, lo propio.

[1] GARCÍA-MARIRRODRIGA, R.; YAGÜE, J.L. 2004. “Los distintos enfoques del desarrollo rural. Algunos ejemplos de proyectos en la Unión Europea y en América Latina”. Actas del VIII Congreso Internacional de Ingeniería de Proyectos. Ingeniarien Goi Eskola y Asociación Española de Ingeniería de Proyectos (AEIPRO). Bilbao.
[2] COMISIÓN EUROPEA. 1999. Reforma de la PAC: Desarrollo Rural. Dirección General de Agricultura. Bruselas.
[3] VALCÁRCEL-RESALT, G. y TROITIÑO, M.A., 1992. (Eds.). Desarrollo Local y Medio Ambiente en Zonas Desfavorecidas. MOPT. Colección Monografías. Madrid.
[4] GÓMEZ OREA, D., 2002. Ordenación Territorial. Mundi-Prensa. Agrícola española, S.A. Madrid.
[5] MARQUEZ, D. 2002. Bases metodológicas del desarrollo rural. En Nuevos horizontes en el desarrollo rural (Dominga Márquez coord). AKAL. Madrid.
[6] Manifiesto de Figaredo sobre ruralidad, firmado por diversos profesores universitarios y profesionales del desarrollo rural.
[7] De acuerdo con MÁRQUEZ (2002), el desarrollo rural entendido como estrategia de desarrollo económico y mejora del nivel de vida comienza en la década de los años 70. La autora divide este desarrollo rural en “Desarrollo rural endógeno”, “Desarrollo rural integrado” y “Desarrollo local”. Se puede afirmar que cada concepto tiende a ampliar la percepción del anterior, siendo el último de éstos el que hoy en día tiene mayor aceptación.
El desarrollo rural endógeno tiene como objetivo incrementar el bienestar de la comunidad local mediante el establecimiento de actividades económicas y socioculturales utilizando básicamente sus propios recursos humanos y materiales. Esta modalidad de desarrollo se caracterizaría por definir estrategias de desarrollo a partir de los recursos naturales, reordenar los recursos naturales hacia producciones con posibilidades de industrialización, integrar la agricultura-selvicultura y la industria, crear infraestructura básica para el desarrollo de polígonos industriales, promover la inversión y conservar los Espacios Naturales.
El desarrollo rural integrado tiene como objetivo general integrar todas las formas potenciales de aprovechamiento de los recursos existentes en la zona, especialmente el agrícola; y como objetivos específicos mejorar la calidad de vida en el medio rural, regenerar y dinamizar dicho medio, mantener la población, proteger el medio ambiente y crear empleos. Este desarrollo se caracterizaría por promover una diversificación de la actividad agrícola sin perder de vista la identidad cultural de las zonas rurales ni la preservación de sus valores medioambientales, culturales, históricos y patrimoniales, y manteniendo un equilibrio territorial y ecológico que sirviera como soporte de las distintas actividades sociales y recreativas.
[8] SANCHO COMÍNS, J., MARTÍNEZ, J. y MARTÍN, M. A. 2002. Necesidad de un Marco Jurídico para el Desarrollo Rural en España. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid.
[9] GONZÁLEZ DE CANALES LÓPEZ-OBRERO, F. 2003. Concepto de territorio. Nota técnica del Instituto de Desarrollo Comunitario. Fundación INFODAL. Madrid.
[10] FORONDA, C. 2002. La capacidad del turismo como elemento dinamizador del medio rural. En Nuevos horizontes en el desarrollo rural. AKAL. Madrid.
[11] Foronda, op. cit.
[12] Investigación más desarrollo más innovación.
[13] GONZALEZ DE CANALES (2005) afirma que las poblaciones rurales que han tenido un proceso de desarrollo local participativo acaban siendo más conscientes del significado de la democracia y habituados a su ejercicio que otros habitantes, constituyéndose en sus primeros defensores.
. EUNSA. Pamplona.